Terminé de guardar todas mis cosas (en cada albergue me olvidaba algo porque no es fácil juntar todo en la oscuridad e intentando no despertar a nadie) y ya tenía la mochila lista para partir cuando .... el dueño del albergue me dijo "Pero venga hombre! no puedes irte sin desayunar!!" me invitaron con el desayuno y no pude negarme. El Camino me ha regalado más gestos de cariño de parte de su gente que ampollas en mis pies.
Han sido caricias al alma que lograban hacer sentir a mi corazón de que no estaba sola, que el cariño me rodeaba por doquier.
6:15 parto camino a Ponferrada, sé que tengo una hora de viaje por lo que no me preocupa la densa oscuridad ya que no es tan largo el recorrido. Pero a los pocos kilométros olvido la calma del inicio y el miedo se apodera un poco de mi. Ni un farol! Ni una sola luz! Sólo la Luna en lo alto y algún auto a ratos abrían la negrura por la que caminaba.
Me arrepiento de haber salido tan temprano pero ya mis piernas habían entrado nuevamente en ritmo y no querían regresar. Pasando un pequeño puente crucé un sector con varios árboles, lugar por el que mi mente imaginó todo tipo de especímenes próximos a mi ataque. Creo haber rezado 2 Rosarios completos hasta que comencé a divisar a los lejos una gran ciudad... 7;30 de la mañana ya estaba en Ponferrada... menos mal..
Ponferrada se encuentra ubicada a unos 7 kms de Molinaseca en la Provincia de León y Castilla, Comarca del Bierzo.
Hoy en día tiene aproximadamente 60.000 habitantes y sus comienzos datan del año 1080, año en el que se construyó un puente de hierro para facilitar el paso de los peregrinos que iban hacia Santiago. Sus primeros ocupantes fueron los Templarios, tenían la misión de proteger a los que iban de peregrinación a Santiago y se instalaron en un castro romano ubicado arriba de una colina, con los años se fue ampliando hasta llegar a ser el gran Castillo de Ponferrada.
Lo primero que vi al entrar fue un cartel que decía "La Peregrina" acostumbrada a su versión masculina me alegró verla escrita así.. Luego me dirigí hacia el gran Castillo de los Templarios, había soñado con él meses antes de comenzar mi Camino y tenía mucha alegría de por fin encontrarme allí.. Al llegar veo un cartel que dice "abre a las 10:00" . Creo que no me molestó tanto el hecho de tener que esperar con el de darme cuenta la inutilidad de haber salido tannn temprano.
Crucé a una panadería llamada Liébano (que recién abría sus puertas) y me pedí un gran Capucchino con medialunas, el día anterior casi no había gastado en nada así que no me molestó darme ese pequeño gusto.
Me senté en la barra y al lado mío había un alemán que al parecer estaba esperando lo mismo que yo.. que el Castillo abriera sus puertas. Me dijo que había hecho la misma estupidez que yo y me contó que su madre lo llamó en medio de la caminata nocturna para contarle que había escuchado acerca de un secuestro en el Camino de Santiago, le pidió por favor que no caminara solo y el le insistía que estaba acompañado. Al cortar con su madre su corazón se aceleró y sintió tanto miedo que comenzó a correr lo más rápido que pudo (no pude evitar largar una gran carcajada y ahora no me sentía tan avergonzada por el miedo que había sentido)
Se dio cuenta que no lo hacía quedar muy bien su relato así que cambió de tema rápidamente relatándome otras anécdotas del Camino. (aunque de a ratos yo volvía a reírme del hecho)
Al rato Me dijo que no podía esperar tanto tiempo, que tenía que seguir viaje, así que nos despedimos y le agradecí por haberme hecho reír tanto.
10:00 en punto estaba parada frente a una enorme puerta ansiosa por recorrer muros milenarios.
Lo viví de un modo muy intenso, viendo la pasión con la que defendían sus ideales. De algún modo siento al caminar por estas piedras los pasos de los templarios en mis propios pasos, se siente en el aire la fuerza de la historia, la presencia de las pasiones de los guerreros permanece en el lugar y al que no crea esto tiene que ir y experimentarlo, abriendo sus sentidos interiores claro.