viernes, 4 de marzo de 2016

Hacia Rabanal del Camino y un encuentro con los benedictinos..

7 de la mañana y Pedro, el cuidador del albergue nos despertó a los únicos tres peregrinos del albergue y tenía preparado un yoghurt para cada uno (un regalo para el Camino nos dijo)
Además, como era el día de los arcángeles nos encomendó al Arcángel Rafael, protector de los peregrinos.
Comí rápido el yoghurt y decidí salir de inmediato, cuando María Eugenia se despidió nose por qué una lágrima mía salió con ella, quizás porque seguramente no iba a volver a verla o tal vez su nombre me recordó a mi mamá.. o quizás ambas.
Con una gigantezca Luna partí con mis dos bastones, a pesar de que me había tomado un Actron, todavía sentía un poco el dolor de todo lo que había caminado el día anterior. Tenía la esperanza de la frase "los primeros días son los que más cuestan porque el cuerpo no está acostumbrado"
Era una de las mañanas más frías que me había tocado caminar, quizás porque mi Camino iba en ascenso.
Santa Catalina de Somoza
Luego de 5 kms entre pastizales llegué a Santa Catalina de Somoza, precioso pueblo en el que me senté unos minutos a descansar. Apareció un viejito, que era procedente de Galicia y me dijo que amaba el Camino, él lo había hecho cuatro veces y estaba muy enamorado de la cultura celta. Me contó que los celtas creían que el Camino de Santiago se dirigía hacia la Muerte, ya que en Finisterre, sitio donde los peregrinos tenían por tradición finalizar su Camino, es donde muere el Sol pero también el Peregrino que logra llegar es aquel que ha dejado que su hombre viejo muera y renazca el hombre nuevo a través de las experiencias que le ha dado el Camino. Me deseó "Buen Camino" y me dispuse a caminar hacia el siguiente pueblo "El Ganso", un pequeño pueblo muy pintorezco que aparentemente su nombre surgió de una vieja tradición de esótericos que aseguraban que El Camino de Santiago es en realidad un gran Juego de la Oca, con sus puentes, esfuerzos, cárceles, posadas, peligros y hasta la muerte, pero también con ocas benefactoras, hijas de la suerte. (ángeles que nos ayudan a volver al Camino como lo he comprobado)
Con sólo 20 casas y un sólo lugar para comer dejé atrás este extraño pueblo para adentrarme en medio de un camino árboles acompañado por un extenso alambrado en el que había miles de cruces insertadas.. pero miles... Por lo que pude ver, me di cuenta que cada Peregrino había hecho una y la había colocado dentro del alambrado. Algunas cruces hechas con ramas, otras con telas, hilos, etc..
 Cada cruz representaba un peregrino. Así que me tomé un momento, busqué algunas ramas y dejé mi cruz en el último lugar. Por primera vez decidí ponerme los auriculares y dejar que Eddie Vedder fuera mi banda sonora de ese momento.. sentía en la piel las letras y la melodía porque sentía que realmente las estaba viviendo..











Luego del Camino de las cruces llegué a "Rabanal del Camino". Este día sólo caminé 11 kms porque quería descansar de los casi 40 que había recorrido el día anterior y porque además me quedé tan encantada con este pueblo que necesitaba recorrerlo tranquila y conocerlo más a fondo.
Esta vez me quedé en la hospedería de un monasterio, era gratuito, solamente uno dejaba unas monedas como donativo. Está al cuidado de voluntarios que  se dedicaban a ayudar a los peregrinos en todo lo que sea posible. Al lado se encuentra el monasterio benedictino y en frente la pequeña y antiquísima ermita de San José, en la que pude presenciar una misa con coros gregorianos justo el día anterior de la ascensión a la Cruz de Hierro... Los monjes son muy hospitalarios, nos enseñaron oraciones para el Camino, nos hablaron sobre el símbolo de las piedras que muchos peregrinos dejan en el Camino, especialmente en la Cruz de Hierro. La hospedería tiene una pequeña cocina en la que los voluntarios dejan algo de comida para que uno pueda servirse y cocinar.. Yo fui a comprarme un poco de jamón serrano a una pequeña despensa y me hice un sandwich mirando las montañas que se aprecian a lo lejos..
Como llegué temprano al pueblo, dejé mis cosas en la hospedería y me dediqué a caminar (para variar) pero esta vez con un paso más lento, apreciando cada detalle de las casas antiguas, los árboles llenos de frutos por doquier (imposible morir de hambre) pude comer manzanas, peras, moras, uvas, nueces, frambuesas.... Además de frutas, Rabanal del Camino es un pueblo lleno de historia. La Iglesia Parroquial de Nuestra Señora de la Asunción o Santa María, situada en la parte más alta de Rabanal del Camino, data del siglo XII y perteneció a la Orden del Temple bajo el mandato de los templarios de Ponferrada.
También este pueblo fue visitado en varias ocasiones por Carlomagno, donde se disponía a observar los diferentes frentes de batalla con los que contaba. De hecho hoy en día se encuentra dicho sitio llamado "el mirador de Carlomagno".


 Símbolos en Rabanal del Camino




Avellanas que encontré.. las que no están maduras son espantosas pero sino son muy ricas y dulces